
Luis Noval Ferrao (Oviedo, 15 de noviembre de 1887 - El-Had de Benisicar, Marruecos, 28 de septiembre de 1909), conocido como el cabo Noval, fue un soldado español muerto en Marruecos, tras una actuación que se consideró heroica y fue convertida en símbolo de patriotismo español.
Ingresó en el Tercer Regimiento de Infantería del Príncipe y fue trasladado a Melilla. Participó en la toma de el-Had de Benisicar. Fue hecho prisionero por los rifeños, quienes le habrían obligado a llevarles a la entrada del campamento español. Según la versión que corrió, los soldados españoles no dispararon al ver venir a Noval, pero él gritó: "Disparad, soldados. Aquí están los moros", para advertir de la trampa, muriendo en la refriega que se produjo entre rifeños y españoles.
Cierta o no, la historia de Noval llegó a España convertida en mito del patriotismo y el sacrificio en una campaña militar rechazada por muchos. Sus exequias se celebraron el 19 de abril de 1910 en la catedral de Oviedo y le fue concedida, a título postumo, la cruz de segunda clase de la Orden Militar de San Fernando. Por doquier se constituyeron comités más o menos espontáneos para rendirle homenaje. Oviedo le dedicó una calle y se levantaron monumentos a su recuerdo como el erigido en 1912 en la Plaza de Oriente de Madrid, realizado por el escultor Mariano Benlliure. Otros proyectos no llegaron a ser realidad, como el promovido por los universitarios valencianos, donde el diseño de Vicente Navarro y Francisco Mareo nunca se materializó al no lograr los fondos necesarios para el bronce.2 Por su parte, literatos como Francisco Jiménez Campaña3 o Julio Sánchez Godínez4 le dedicaron se dedicaron obras dramáticas.
La importancia dada a la historia del cabo Noval fue en gran parte la respuesta dada por los partidarios del africanismo a los acontecimientos de la Semana Trágica, que había tenido en el descontento por la guerra de Marruecos una de sus principales causas
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