Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos

Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.

jueves, 25 de agosto de 2011

Manuel de Amat y Juniet



Manuel de Amat y Juniet Planella Aymerich y Santa Pau1 , en catalán Manuel d'Amat i de Junyent (Vacarisas, Barcelona, 1704 — Barcelona, 1782) II Marqués de Castellbell fue un militar y administrador colonial español. Gobernador de Chile (1755-1761) y Virrey del Perú (1761-1776) . Nació en el seno de una aristocrática familia española. Hijo de Josep de Amat y de Planella (primer marqués de Castellbell) y de Mariana de Junyent y de Verges (hija del primer marqués de Castellmeià). Demostró tener dotes castrenses desde muy joven, participando ya en 1719 en acciones bélicas contra los franceses en Aragón. A los 17 años ingresó en la Orden de Malta y marchó a la isla como caballero permaneciendo en ella cuatro años. Sirvió en las guerras de África y por ello obtuvo el mando del Regimiento de los Dragones de Sagunto. Se destacó en la batalla de Bitonto (Reino de Nápoles, 25 de mayo de 1734) con el contingente que al mando del conde de Montemar derrotó a las tropas austríacas de Visconti y Traun, en la guerra de sucesión de Polonia y sobresalió en el asedio de Gaeta (1734). En su carrera militar llegó a alcanzar el grado de mariscal de campo.

Pasó a América cuando en 1755 fue nombrado Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Chile. Recorrió todo el país y mandó construir varias fortificaciones en la costa y en la frontera mapuche (por ejemplo, Santa Bárbara) y fundó poblaciones junto a ellas como Talcamávida, Hualqui y Nacimiento. Convocó parlamentos con los mapuches, primero en el Salto del Laja (1758) y después en Santiago (febrero de 1760), con el fin de garantizar la seguridad de las comunicaciones entre Concepción y Chiloé, pero finalmente sólo consiguió un acuerdo parcial. En Santiago emprendió importantes obras públicas y tareas administrativas, como la prolongación de los tajamares del río Mapocho, un mercado en la Plaza de Armas, la reestructuración de la Real Universidad de San Felipe (1757), y la organización, el 12 de octubre de 1758, del primer cuerpo de policía chileno, el cual se llamó "Dragones de la Reina", denominación que mantuvo hasta 1812 cuando pasó a llamarse "Dragones de Chile". Pidió que se le hiciera un Juicio de Residencia, del cual salió favorecido.

Sucedió como Virrey del Perú en 1761 a José Antonio Manso de Velasco, conde de Superunda, que había gobernado desde 1745. Fue reemplazado en 1776 por Manuel de Guirior, marqués de Guirior. Durante su período de gobierno al frente del Virreinato del Perú hizo varias obras de infraestructura en Lima: la Alameda de Acho (1773)2 como reconstrucción del paseo de la Alameda de los Descalzos, la Plaza de Acho, la Quinta Presa, la Fortificación de la fortaleza del "Real Felipe", la Torre de la Iglesia de Santo Domingo y el Paseo de Aguas en el actual distrito del Rímac. La tradición dice que dicha obra la hizo en honor a su amante Micaela Villegas, más conocida como La Perricholi. Entre las casonas que, según tradiciones orales y leyendas urbanas, tuvo como propiedad está la Quinta del Prado3 , una señorial vivienda del Jr. Trujillo4 , entre otras. Teniendo conocimiento de los descubrimientos de James Cook en la Polinesia, organizó tres expediciones a las Islas de la Sociedad. Patrocinó la construcción de la nueva Iglesia de Las Nazarenas, la misma que inauguró en enero de 1771. Su gobierno fue favorable a la corona en cuanto que aumentó considerablemente las remesas a Madrid. En 1776 fue cesado como Virrey del Perú, siendo su sucesor Manuel de Guirior.


En 1776 regresó a Barcelona y mandó construir un suntuoso palacio en La Rambla, luego conoció a Maria Francesca de Fiveller y de Bru, con quien se casó el 3 de junio de 1779; la boda se celebró por poderes, ya que el novio estaba en Madrid5 . El 14 de febrero de 1782 murió el virrey y dejó a su mujer y a su sobrino, Antonio de Amat y Rocabertí como herederos; la viuda residió en el palacio hasta 1791, por lo cual se lo conoce como el Palau de la Virreina.

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