Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos

Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.

viernes, 19 de agosto de 2011

La Batalla de Alcántara



La batalla de Alcántara tuvo lugar el 25 de agosto de 1580 en la freguesía de Alcântara, cerca de Lisboa (Portugal). El ejército español bajo el mando del III Duque de Alba Fernando Álvarez de Toledo derrotó a las tropas portuguesas de Antonio I de Portugal, prior de Crato. La victoria española le supuso al rey Felipe II de España, poder ser reconocido rey de Portugal, en una unión dinástica con los demás reinos hispánicos, que se prolongaría hasta 1640.

Tras la muerte del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir de 1578 sin herederos directos que le sucedieran, el trono de Portugal fue ocupado por su tío-abuelo el cardenal Enrique I el Casto. A la muerte de éste en enero de 1580, también sin herederos, sobrevino una crisis sucesoria en el país; mientras la regencia provisional del reino era asumida por un consejo de cinco gobernadores, la titularidad del trono fue disputada entre varios pretendientes, que según la antigua costumbre feudal tenían la siguiente preferencia:
- Ranuccio I Farnesio de Parma, de 11 años, (hijo de María, primogénita de Eduardo de Avis, el hijo menor de Manuel I),
- Catalina, duquesa de Braganza y sus hijos (segunda hija de Eduardo de Avis, la hermana pequeña de María), casada con Juan I,Felipe II de España y sus descendientes (hijo de Isabel de Avis, la hija mayor de Manuel I)
- María de Habsburgo, emperatriz del Sacro Imperio, y sus hijos (hija de Isabel de Avis y hermana de Felipe)
- Manuel Filiberto de Saboya y sus hijos (hijo de Beatriz de Portugal, la hija pequeña de Manuel I de Portugal),
- Juan I, duque de Braganza e hijos (nieto de Isabel de Avis, la hija pequeña de Manuel I y casado con Catalina)
- El infante don Antonio, prior de Crato, era nieto por vía masculina de Manuel I, pero hijo ilegítimo de Luis de Avis.
Las reclamaciones al trono del joven Ranuccio no fueron tramitadas convenientemente, en un intento de su padre Alejandro Farnesio por no indisponerse compitiendo con su señor, el rey de España; la condición femenina de Catalina fue un obstáculo insalvable para su ascenso al trono; Felipe II, ante las objeciones portuguesas por su condición de extranjero, decidió ocupar militarmente el país.
El 20 de junio de 1580 Antonio I de Portugal se autoproclamó rey en Santarém, con el apoyo popular.1 Inmediatamente comenzó a reclutar soldados para el ejército que habría de enfrentarse a los españoles, marchando hacia Lisboa.

En junio de 1580 el ejército español reunido por Felipe II en Badajoz entró en Portugal por Elvas, 35.000 hombres bajo el mando de Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba. Su hijo Fernando de Toledo, le acompañaba como su lugarteniente; Francés de Álava era general de la artillería con 22 piezas y Sancho Dávila era el maestre de campo general. Al mismo tiempo en Cádiz se formó una flota de 64 galeras, 21 naos y 9 fragatas, además de 63 chalupas, cuyo mando se encomendó a Álvaro de Bazán. Durante las semanas siguientes el ejército español avanzó en dirección a Lisboa, venciendo la escasa resistencia de las ciudades que encontraron por el camino. A finales de julio llegaron a Setúbal, donde embarcaron en las naves que llegadas de España les conducirían a Cascais, 25 km al oeste de Lisboa.

Las fuerzas españolas contaban con 18.000 hombres y 1.800 jinetes, pues los restantes se habían quedado repartidos en el camino asegurando las plazas tomadas.

El ejército portugués estaba formado por 25.000 de infantería y 2.500 de caballería, entre los cuales la mayoría eran hombres reclutados con prisa entre los campesinos y milicianos voluntarios. Francisco de Portugal, conde de Bimioso, era general de estas fuerzas junto con su tío Juan de Portugal, obispo de la Guarda. Diego López de Sequeira era general de las galeras; de las naos y galeones lo era Gaspar Brito. Los dos ejércitos se encontraron a ambos lados del río Alcántara, a unos 10 km al oeste de Lisboa. Los españoles, llegando desde el oeste, ocuparon la margen derecha del río, que a pesar de bajar seco por lo caluroso de la estación, suponía un obstáculo por lo empinado de sus taludes. La batalla se inició con un intenso fuego de artillería por ambos bandos; los tercios españoles, tras dos intentos fallidos, consiguieron cruzar el río por el puente de Alcántara, cerca de la desembocadura, mientras Sancho Dávila con sus fuerzas conseguía atravesarlo río arriba. En el breve combate que siguió, las experimentadas tropas del duque de Alba derrotaron a las portuguesas de don Antonio, obligándolas a retirarse en dirección a Lisboa. Don Antonio conseguiría escapar hacia el norte, en dirección a Coímbra y Oporto, acosado por Sancho Dávila.
Vencida la resistencia del último pretendiente al trono y ocupado militarmente el país, el 25 de marzo de 1581 Felipe II sería coronado rey, reconocido por las Cortes de Tomar, con el nombre de Felipe I de Portugal. Este sería el comienzo de un periodo en el que Portugal junto con los demás reinos hispánicos compartieron el mismo monarca en una unión dinástica aeque principaliter hasta 1640.



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