Vamos a ir desgranando y publicando historias y personajes que, por alguna razón, no son conocidas por el gran público. Hazañas, hechos y gentes que no han calado en la cultura general, pero que sin duda lo merecerían.
Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos
Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.
miércoles, 6 de julio de 2011
Ángel Sevillano Cousillas
El teniente Sevillano es destinado el 12 de agosto al cuadro eventual de Ceuta, incorporándose a su nuevo destino el 17 del mismo, quedando agregado a la 2ª compañía expedicionaria del 6º Regimiento de Zapadores Minadores, haciéndose cargo de la mísma que se hallaba realizando trabajos de fortificación en la posición de Nator principal, de la que también tomó el mando. En está situación estaba, cuando en el amanecer del 3 de septiembre de 1925 se inició la fuerte ofensiva del Heriro.
Ante la previsión del desembarco conjunto franco-español en la bahía de Alhucemas,desembarco de Alhucemas, el caudillo rifeño Abd el-Krim, "que sabía lo que se le venía encima, intentó atraer la atención de los españoles al enviar a sus tropas mejor preparadas a la conquista de Tetuán a través del fuerte español de Cudia Tahar. Era una maniobra de diversión. Si ellos desembarcan en Alhucemas, yo entraré en Tetuán..."2 para llevar a cabo este intento de fijar a las fuerzas españolas en el sector de Tetuán, cuenta con la colaboración de su hermano M'Hmed ueld Abd el Krim, que elige para atacar un saliente de la línea de defensa de la capital del protectorado. La dirección del ataque se la encomienda al caid Heriro, y el objetivo táctico era en opinión del general Goded apoderarse de kudia Tahar, romper la línea de los fortines de Tazarines y Nator y caer por los barrancos de Mers, Busamelal y Sequim -situados entre los contrafuertes de Hafa el Tuab y Hafa el Má-, para amenazar el valle del río Martín y la vega de Tetuán. Sin embargo este análisis no coincide con la dirección del ataque rifeño, ni con la que dice el general Sousa Regoyos en el parte que dio al General en Jefe Primo de Rivera tras la operación, que proponía un objetivo más modesto: "...el intento del enemigo era romper el frente por el barranco de Asadem y el valle de Háyera para aislar Ben Carrich de Tetuán...".3
Antes del ataque, las fuerzas rifeño-yebalas, habían realizado penetraciones nocturnas en pequeños grupos. infiltrándose por los barrancos y aduares situados entre Kudia Tahar y Tetuán. En estas posiciones se aprestaron a atrincherarse para hostigar el posible ascenso por las quebradas de fuerzas liberadoras procedentes de Tetuán. "Al amanecer del día 3, las harcas enemigas ocupaban, además de la zona de los aduares indicados, una línea paralela al sur del sector Nator-Cudia Tahar- Tazarín, con el grueso de la infantería, unos 4.000 hombres, en Dar Rai, y la artillería, fuerte en nueve piezas, emplazada en Hafa Duira, dominando de frente y a distancia de menos de 1.500 metros Kudia Tahar".4
A las seis de la mañana del 3 de septiembre, se inicia el ataque sobre Kudia Tahar, las nueve piezas de la artillería rifeña del 7 y del 7,50 empiezan a vomitar fuego sobre la posición, a la media hora, Kudia Tahar ardía, quedando parcialmente desmantelada, con la batería de la posición enmudecida y los bidones de agua destrozados.
Desde Ben Karrich se ordena la salida de una fuerza al mando del comandante González Salom, compuesta por dos compañías de infantería, a sus órdenes irá el teniente de intendencia García Almenta con un convoy de intendencia de veinte cargas de munición y quince artolas para la evacuación de heridos. A esta columna se une el teniente Rafael Arjona Mansó con sesenta y ocho askaris de la Mehala de Tetuán y once artilleros al mando del teniente Joaquín Fuentes pila. El teniente de ingenieros Angel Sevillano, recibe asimismo la orden de organizar una sección para salir desde Nator principal para marchar a Kudia Tahar y hacer reparaciones. Ya desde la salida, va abriendo paso al convoy que subía desde Ben Karrich, protegiendo con las fuerzas a sus órdenes la sección de la Mehala que se dirigía a Tienda Fortificada. A pesar del intenso fuego enemigo que se le hacía desde los laderas y crestones de Haffa el Ma y Haffa Tuabs, consigue entrar en Kudia Tahar al mediodía del 3 de septiembre. El propio teniente Sevillano evocará su ascenso y posterior defensa de Kudia Tahar en un diario personal con ciertas pretensiones literarias que por su interés reproducimos a continuación:
"...El día 3 de septiembre recibo órdenes del comandante del Batallón del Infante Sr. Alonso de organizar una sección para que formando parte del convoy tratar de entrar en la posición de Kudia-Tahar que se encuentra asediada por Harca numerosa; tomo el mando de la sección y se me ordena que marche en cabeza. Partimos al romper el alba del día 4 y teníamos que salvar los 700 m que nos distanciaban de la asediada Kudia, el terreno era propicio por lo abrupto a que fueramos tiroteados y adaptándonos al terreno comenzamos la penosa marcha; los guijarros se nos hendían en los pies y ya nos aguijonaba el sol nuestras espaldas cuando comenzamos a sufrir los efectos del fuego enemigo, alentando a la fuerza y aconsejándoles en los saltos, nos fuimos acercando lentamente sin poder recuperar las bajas, tal es el nutrido fuego; es pasado el mediodía cuando entramos en Kudia y formó la sección..."¡alineación derecha!" mando y me afectó el ver que solo 26 habíamos podido llegar de los 40 que formamamos al salir; la misión había sido cumplida, aún a costa de regarla con mucha sangre.
Me pongo a las órdenes del capitán de infantería sr. Gómez Zaracibar, jefe de la posición, quien me ordena que repare el parapeto, destruido por el continuo fuego de artillería enemiga que les hostigaba desde lugares estratégicos; el trabajo se dificultaba además por el continuo fuego de fusilería que los moros efectuaban desde lugares muy próximos. Cuando afanados nos encontrábamos reparando los desperfectos una granada de mano explota cerca de mí y noto como la metralla me arraiga el pecho; el jefe de la posición ante la cantidad de bajas que vamos sufriendo opta rápidamente por paralizar los trabajos de y cubra(sic) con mis zapadores un frente de trinchera; cuando la tarde va cayendo sobre la sufrida posición siento nuevamente sobre mí el desgarro del plomo, esta vez sobre el muslo donde acuso el impacto de los cascos de la rompedora. Habrá que resistir a toda costa, estamos heridos los oficiales pero nos mantenemos en nuestros puestos sacando fuerzas de flaqueza. El heroico artillero Fuentes Pila oopta por cambiar el emplazamiento del único cañón de que disponíamos pero...no puede realizarlo, una granada le secciona las dos piernas.
Al día siguiente muere nuestro prestigioso jefe, asumiendo el mando de la posición que ya el fuego había demolido casi por completo.5
Empezamos a padecer los efectos de la escasez de víveres y absoluta carestía de aguas y medicamentos.
Los moros arreciaban en sus ataques y oimos perfectamente los gritos, amenazas y traicioneros consejos: "¡entregaos!, ¡no tiréis! ¡que hemos entrado en Tetuán! ¡si os rendis os prometemos respetad vuestras vidas...!"
El día 6 por medio de nuestro único enlace el heliógrafo con el que manteníamos comunicación diurna con el mando, solicito agua, municiones y refuerzos...
Los días siguientes 7, 8 y 9 son respaldados por un mayor agotamiento, escasez y un hedor insoportable de cadáveres que nos limitamos a tender respetuosamente sin poder enterrarlos...
Estos días somos socorridos con algunos envíos que desde aviones nos lanzan, a veces hay que salir a luchar por ellos, pues dada la escasez del cerco es casi imposible caigan dentro de la diminuta posición. Nuestro entrañable pájaro da una pasada y cae en zona de nadie, oigo al sargento González que grita lejos de mí. ¿dónde vas?, siendo contestado por la misma energía: "a por agua para vosotros y para mí", este saco lo ha lanzado nuestro pájaro..." "¡quieto Penas! le reprende el sargento "espera que tal vez de otra pasada...! "Me traslado al lugar del incidente y ya el valeroso soldado Penas se encuentra casi junto al saco, sigue arrastrándose y se abraza a él, la tensión en la posición es enorme...lo protegemos con nuestro fuego de la nutrida fusilería cabileña y vemos como se retuerce acribillado...abrazado a la codiciada presa el abnegado Penas mezcló su sangre ardiente con su gélido hielo.
Nuestros soldados aragoneses y catalanes en su mayoría vibran de patriótico entusiasmo...la distribución equitativa de los orines del poco ganado que guardábamos a cubierto es esperado como un bálsamo...así corre el día 10 en que recibo un telegrama del general Primo de Rivera diciéndonos que está seguro en poder socorrernos; aquella noche y al día siguiente resistimos con inercia y las penalidades son extremadísimas...rompe el alba del 12 y vuelvo a recibir por mi alentador heliógrafo otro telegrama de la misma autoridad, comunicándome que la columna de socorro sigue abriéndose camino, habiendo hecho más de 100 muertos al enemigo "resista esta noche -terminaba- que mañana a las doce llegará ahí la columna "¡viva España!.6
Rompen el cerco los libertadores7 y en nuestro extenuado estado dominado por la fiebre de las heridas me parece una alucinación, no sé como tengo fuerzas y ordeno la evacuación de la posición, quedando yo con otros tres heridos graves hasta el final, me parece que dejo todo allí, cuando parto emocionado tras estrecharme en brazos con los de la columna de socorro la emoción es indescriptible".8
Una vez recibida la orden de evacuación de la posición, el Teniente Sevillano mandó al Teniente Ocasar que saliera con los demás oficiales y con la tropa que no necesitara medios de evacuación, quedándose él con los heridos graves hasta que llegaron dichos medios. Ingresó en el hospital Militar de Tetuán, y posteriormente en el de Marina de San Fernando, donde dada su condición de herido, no pudo desfilar con las tropas vencedoras en ni Tetuán ni en Madrid. Hay que añadir, que junto a lo anteriormente expuesto, su carácter modesto, facilitó la perdida de protagonismo en la gesta, hasta el punto de que se el Teniente Ocasar llegó a discutirle el mando de la posición a la muerte del capitán Zarazibar, lo que motivó una agria polémica entre ambos oficiales respaldados por sus respectivas armas, está situación quedó zanjada en el juicio contradictorio de la concesión de la Laureada de San Fernando, donde se reconocerá el mando de la posición al Teniente Sevillano.
Por los sucesos de defensa de la posición de Kudia Tahar en la línea defensiva de Tetuán le es concedida primero la Medalla Militar Individual, impuesta por el General Miguel Primo de Rivera el 25 de noviembre de 1925 y posteriormente se abrió juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando la más alta condecoración que el Ejército español concede en condiciones extremas para premiar el valor, similar a la Cruz Victoria inglesa(Victoria Cross-VC), siéndole concedida finalmente en 1935 e impuesta por el presidente de la República en el Palacio Real, Alcalá Zamora en presencia del jefe del gobierno Alejandro Lerroux en 1935(OC 31-3-35 DO nº27).
Capitán Ángel Sevillano Cousillas copia del original de Lafita Portabella del Museo del Ejército O/L 70x60.
Existe un elevado número de laureadas y medallas militares concedidas tanto a los defensores como a los que participaron en las operaciones de liberación por lo costoso y encarnizado que resultó liberar la posición. Laureados:
1 Sitiados:Capitán Gómez Zaracíbar (muerto), Teniente Sevillano, Teniente Fuentes Pila(muerto), Sargento Ascoz Cabañero,
2 Participantes en la liberación: Comandante Francisco García-Escámez,9 Capitán Rodrigo Martínez, Teniente Nombela Tomasich.
Experimenta fugaces destinos en el 2º Regimiento Ferrocarriles y la Comandancia de Ingenieros de Menorca en 1926. Es ascendido a capitán de ingenieros por méritos de guerra con la antigüedad del 1 de octubre de 1925, que permutará por la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo por la antiguedad de 9 de julio de 1926. Posteriormente, pasa a prestar sus servicios en la Academia de Ingenieros del Ejército durante dos años hasta fin de julio de 1929 y como inspector de automóviles por otros dos años hasta fin de julio de 1931, pasando a continuación cinco meses a la Jefatura de Tropas y Servicios de Ingenieros de la 2ª división orgánica.
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