Vamos a ir desgranando y publicando historias y personajes que, por alguna razón, no son conocidas por el gran público. Hazañas, hechos y gentes que no han calado en la cultura general, pero que sin duda lo merecerían.
Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos
Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.
jueves, 16 de junio de 2011
Alonso Enríquez, almirante de Castilla
Alonso Enríquez (Guadalcanal, 1354 - Guadalupe, Cáceres, 1429),miembro del importante linaje de los Enríquez, fue el primer almirante de Castilla de su linaje desde 1405 y primer señor de Medina de Rioseco.
Hijo bastardo del infante Fadrique Alfonso de Castilla, permaneció oculto mientras vivía su tío Pedro I de Castilla. Aunque los cronistas coetáneos castellanos envolvieron la figura de su madre en misterio y genealogistas posteriores no la mencionaron, otros autores, por ejemplo, el portugués Fernán López escribió en 1384 que el Almirante fue hijo de una judía. El «Memorial de cosas antiguas» atribuido al deán de Toledo, Diego de Castilla, dice que Fadrique tuvo Alonso en una judía de Guadalcanal llamada Paloma. Cuenta una anécdota donde el rey Fernando el Católico estaba de caza y fue un halcón con una garza y, tanto se alejó, que el Rey la dejó de seguir, y Martín de Rojas, fue siempre con el halcón hasta que vio desamparar la garza y tirar tras una paloma. Preguntando el rey por su halcón, Martín le respondió, «Señor, allá va tras nuestra abuela», siendo Martín también descendiente de Paloma.
En 1389 recibe de Juan I la villa de Aguilar de Campos, que constituye el primer paso en la construcción de un sólido patrimonio personal. Hacia 1402 desempeña el cargo de adelantado mayor del reino de León y la alcaldía del castillo de Medina de Rioseco.
Hacia 1395 retomó junto a su mujer la construcción del Monasterio de Santa Clara de Palencia, que había sido comenzado por Enrique II de Castilla y su mujer la reina Juana Manuel, proyectando la iglesia como panteón de los Almirantes de Castilla.2
En 1405 Alonso Enrique recibió de Enrique III el título de Almirante Mayor de Castilla. Se conjetura que debió haber sido a instancias de su mujer, la cual, al fallecer su hermano, Diego Hurtado de Mendoza, quien ostentó el título de Almirante de Castilla, consiguió que el título pasase a su marido. El cargo, transmitido así a la rama femenina de los Mendoza, además de la acción militar en el mar, conllevaba jurisdicción civil y criminal sobre todos los puertos del reino de Granada, y que culminan a los tres años con la toma de Antequera.
En 1421, Juan II, le otorgó el señorío de Medina de Rioseco «por los muchos e buenos e leales e notables e señalados servicios que fecisteis al Rey Don Juan mi abuelo e al Rey Don Henrique mi padre e mi señor, e abedes fecho e fazes a mi», lugar que él elige para establecerse y fundar mayorazgo a favor de sus hijos.
Fue enterrado junto a su mujer en el Monasterio de Santa Clara de Palencia, del cual habían sido fundadores.
En la capilla del Santísimo Cristo de la Iglesia de Santa Clara de Palencia se venera un Cristo yacente introducido en una urna de cristal. Se dice que navegando las naves de Alonso en la guerra contra los moros entre los años 1407 a 1410, un vigía divisó algo que emitía un resplandor extraño. Al acercarse para abordarlo comprobaron que se trataba de una urna de cristal que albergaba la imagen de un Cristo yacente.2 Sorprendido Alonso por el hallazgo en semejante lugar, decidió trasladarlo a Palenzuela. Siendo transportada a lomos de un animal, escoltada por soldados y caballeros, al llegar a Reinoso de Cerrato este decidió detenerse tozudamente frente al castillo donde habían residido las monjas Clarisas. Dejado el animal a su aire se dirigió hacia el monasterio de las Clarisas, decidiendo los presentes que era por decisión divina, por lo que dejaron la imagen allí para su veneración, actualmente conocido como el Cristo de las Claras.
En 1387, Alonso Enríquez, haciéndose pasar por un criado suyo, preguntó a Juana de Mendoza viuda desde la Batalla de Aljubarrota de agosto de 1385, si estaría dispuesta a casarse con su señor (él mismo). El simulador Alonso recibió de ella la contestación de que Alonso Enríquez era el hijo de una «marrana» (de familia judeoconversa), con lo que el supuesto criado la abofeteó. Aclarado el engaño, se dice que solicitó la presencia de un sacerdote, para que los casara «pues no se dijese que hombre alguno había puesto la mano en ella no siendo su marido».
Se dice también que en una ocasión llegando de noche avanzada, tuvo que dormir con todo su séquito en el campo para recibir la explicación al día siguiente, de la altiva Mendoza, de que «una castellana digna no abre las puertas de su castillo a nadie en la noche».
Tuvieron trece hijos:
Fadrique Enríquez (primogénito, circa 1388) casado con Mariana Fernández de Córdoba y Ayala.
Enrique Enríquez de Mendoza (m. circa 1489) progenitor de los Enríquez de Toledo y los Enríquez de Guzmán, Conde de Alba de Liste título desde el 8 de agosto de 1451 por Juan II de Castilla.
Pedro Enríquez quien falleció siendo niño y no debe confundirse con Pedro Enríquez de Quiñones, hijo de su hermano Fadrique Enríquez (del que descienden los Enríquez de Ribera, y marqueses de Tarifa desde 1514).
Beatriz Enríquez casada con Pedro (Martín Fernández) de Portocarrero y Cabeza de Vaca, V Señor de Moguer, hijo de Martín Fernández Portocarrero, IV Señor de Moguer, y de Leonor Cabeza de Vaca. Enterrados en sarcófagos de mármol en el Convento de estilo mudéjar de Clarisas de Moguer. Fallecida el 3 febrero 1439.
Leonor Enríquez casada en 1410 con Rodrigo Alonso Pimentel, II Conde de Benavente. Enfrentado a Enrique IV de Castilla y uno de los protagonistas de la llamada " Farsa de Ávila", de befa y escarnio en 1465 al rey Enrique IV de Castilla. Familia de origen portugués.
Aldonza Enríquez quien contrajo matrimonio en 1410 con Rodrigo Álvarez Osorio.
Isabel Enríquez (fallecida en 1469) casada con Juan Ramírez de Arellano (muerto en 1469), III Señor de Cameros. Padres de, entre otros, Alonso Ramírez de Arellano y Enríquez, IV Señor de Cameros, (muerto 1495) I Conde de Aguilar de Inestrillas, título concedido por los Reyes Católicos el 19 de septiembre de 1475.
Inés Enríquez quien casó con Juan Hurtado de Mendoza, señor de Almazán.
Blanca Enríquez casada con Pedro Núñez de Herrera, señor de Herrera y segundo señor de Pedraza. Una de las hijas de este matrimonio, Elvira de Herrera y Enríquez, casó con Pedro Fernández de Córdoba, V señor de Aguilar, siendo padres, entre otros, de Gonzalo Fernández de Córdoba, «el Gran Capitán».
Constanza Enríquez casada con Juan de Tovar, señor de Berlanga.
María Enríquez (muerta en 1441), casada con Juan de Rojas y Manrique, V Señor de Monzón de Campos y de Cabia en 1431, alcalde mayor de los hijosdalgos de Castilla y doncel del rey, quien tomó parte en la Batalla de La Higueruela en La Vega de Granada junto a Juan II de Castilla y el Condestable Álvaro de Luna.
Mencía Enríquez (fallecida en 1480), quien casó en 1430 con Juan Fernández Manrique de Lara, fallecido en 1493, II Conde de Castañeda desde 1436; título concedido por Juan II de Castilla en 1430 a su padre Garci Fernández Manrique de Lara.
Rodrigo Enríquez, a quien su madre en su testamento de 1431 deja unos bienes, llamándole «mi hijo, el arcediano Rodrigo Enríquez».
Fuera de matrimonio tuvo a Juan Enríquez, a quien su padre, antes de ir a Sevilla, lo dejó como capitán general de la flota ya que era un «esforzado y buen caballero».
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