Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos

Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.

lunes, 17 de octubre de 2011

Ruy Díaz de Melgarejo



Ruy Díaz de Melgarejo (Salteras 1519 – Santa Fe 1602) fue un militar, conquistador, estadista y minero español establecido en la región del Río de la Plata. Su vida estuvo marcada por guerras, conspiraciones, persecuciones y conflictos familiares. Junto a Juan de Salazar, Alonso Riquelme y Diego de Abreu se opuso al gobierno asunceno de Domingo Martínez de Irala, apoyándo al deportado Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Melgarejo era partidario de la corona española. Gobernó de manera casi absoluta e independiente la antigua provincia del Guayrá por 30 años.

Nació en 1519 en el municipio de Salteras, provincia de Sevilla, Andalucía, España. Sus padres fueron Francisco de Vergara y Beatriz de Roelas y sus abuelos paternos fueron Hernando de Vergara y Francisca de Ribera. Sus hermanos conocidos fueron Hernando y Juana Ortíz de Melgarejo y Francisco Ortiz de Vergara. Muy joven ingresó en el ejército de Carlos V, sirviendo por aproximadamente 6 años en la Armada Española junto al Duque de Borbón en Italia y Francia y en la toma y saqueo de Roma (1527), en las campañas de Sicilia y Negroponte y en la captura de la plaza de Castelnuovo. Melgarejo era hijodalgo o hidalgo y la genealogía noble de su familia fue demostrada en varias ocasiones en el pasado. Tendría alrededor de 21 años de edad cuando el 2 diciembre de 1540, zarpó desde Cádiz rumbo a América en la expedición del Adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca, junto con su hermano Francisco Ortiz de Vergara. Llegó primero a la isla de Santa Catalina para llegar a Asunción en marzo de 1542.

Sus inicios en Asunción no están bien esclarecidos pero se conoce que fue parte de la expedición ordenada por Cabeza de Vaca y encabezada por Irala contra el cacique Aracaré en 1542 y que acompañó también a este capitán en su exploración por las regiones del norte paraguayo. Melgarejo se puso del lado de Cabeza de Vaca cuando a éste fue aprisionado por los oficiales realesen (Irala y sus secuaces) pero este evento lo tomó de sorpresa. No obstante, decidió tratar de liberar al Adelantado algunas horas después del motín junto a su hermano Francisco y varios amigos. Dijo Melgarejo: "acudí con mis armas a la posada del Capitán de su guarda". Sin embargo, la gesta falló y Ruy y sus compañeros fueron apresados y por conspiración de sus enemigos se consiguieron supuestos testimonios de la deslealtad de Melgarejo al Emperador.

La destitución de Cabeza de Vaca desencadenó una lucha de poder de dos bandos que ya habría tenido su origen desde que el adelantado y su flota llegaron a Asunción. De un lado los Oficiales Reales teniendo a Irala como cabecilla: Felipe de Cáceres, Francisco de Mendoza, Pedro Dorantes, Garcí Benegas, Alonso de Cabrera y Francisco de Andrade y del otro los leales del Adelantado "alvaristas" encabezados por Melgarejo: Diego de Abreu, Francisco Ortiz de Vergara, Alonso Riquelme de Guzmán, Pedro Estopiñán, Francisco González Paniagua, en su mayoría andaluces. Díaz Melgarejo había sido detenido la misma noche del derrocamiento de Alvar Núñez (24 de Abril de 1544), aunque logró huir a una tumba debajo del altar mayor de la Iglesia del monasterio de Nuestra Señora de la Merced. En ese lugar permaneció escondido por 9 meses con ayudo de los frailes.

En 1547, aprovechando Irala marcha hacia Perú y deja a cargo a Francisco de Mendoza. En 1549, Melgarejo y Abreu fueron junto a Mendoza y lo convencen de llamar a votación para elegir a un gobernante legal debido a que la situación se encontraba ilegítima desde que Cabeza de Vaca había sido depuesto. Mendoza accede y mientras se celebraban los comicios, Melgarejo y Abreu impiden que Mendoza ingrese al lugar de votación y logran persuadir a la gente de elegir a Abreu como gobernador. Abreu da pena de muerte a Mendoza. Irala retorna a Asunción y aprisiona a Melgarejo y Abreu, pero logran escapar en Julio de 1549 y son perseguidos por las autoridades asuncenas. Melgarejo permaneció alrededor de 4 años escondido en los bosques.

En 1553 fue nuevamente apresado en el campamento de Yerekyhaba en lo que actualmente es Alto Paraná, pudo escapar y marchó hacia el este donde fue capturado por los indios tupí que eran antropófagos y tenían planeado comérselo. Logra escapar gracias a una mujer tupí y llega hasta las costas del Atlántico, a San Vicente. En aquel lugar se encontró con pasajeros de la flota de Sanabria que había tenido problemas y había sido auxiliada por los portugueses que los tenían detenidos. Entre los pasajeros, conoce a Elvira de Contreras con quien contrae matrimonio

Melgarejo vive un tiempo en San Vicente donde nacen sus hijos y sin poder volver a Europa, se pone a disposición de Irala y junto a su esposa Elvira, Juan de Salazar y los miembros de la flota de Sanabria retorna a Asunción en 1555. Irala, que lo veía como amenaza, envió a Melgarejo a colonizar la región de La Guayrá ubicada entre el río Paraná y el océano Atlántico. En 1556, luego que Irala falleciese y durante el gobierno de Gonzalo de Mendoza, fundó la Ciudad Real del Guayra, repartiendo las tierras a los asuncenos que lo habían acompañado, realizó un censo y construyó un casa de gobierno el pueblo. Permaneció unos 7 años en Ciudad Real, en 1561 los indios se rebelaron y el pueblo quedó cautivo, por ello Melgarejo pide ayuda a su hermano Francisco que ahora era gobernador y éste manda a Alonso Riquelme con refuerzos para socorrerle. Ortiz de Vergara decidió enviar a Ruy de vuelta a España y entonces toda su familia volvió a Asunción en 1563. Pero como el barco no se había terminado de construir, Melgarejo fue enviado a castigar a los "indios" (indígenas) del Paraná. Al volver de su viaje encuentra a su esposa Elvira con su amante el padre Juan Fernández Carrillo y con su espada los apuñala a ambos. Por este crimen es excomulgado y huye hacia tierras portuguesas del Brasil dejando a sus hijos menores. En 1569 se le encomiendo sofocar las rebeliones de los pobladores de Ciudad Real en contra de Alonso Riquelme. Entonces, a Melgarejo se le levanta la excomunión y marcha a Ciudad Real donde después de controlar la revuelta, derroca a Riquelme y toma su lugar. Como Teniente General del Guairá, Melgarejo fundó la ciudad de Villa Rica del Espíritu Santo el 14 de Mayo de 1570, en un lugar llamado "Cuarahyberá" con 40 hombres y 53 caballos. Destituido su hermano Francisco como gobernador del Paraguay, quedó como gobernador interino Felipe de Cáceres, un viejo enemigo, quien envió a reemplazarlo a Alonso Riquelme. Melgarejo se negó a entregar el poder y convocó a elecciones que lo nombraron Capitán General y Justiciar Mayor del Guairá. Con esto, los que seguían a Riquelme se aliaron a Melgarejo y Riquelme quedó prisionero. En 1572, Cáceres es destituido y Martín Suárez de Toledo, el nuevo gobernador interino llama a Melgarejo para que conduzca a Cáceres como prisionero para ser juzgado en España.

El 7 de julio de 1575, el Adelantado Ortiz de Zárate nombra a Melgarejo Gobernador del Guayrá con los títulos de "Teniente Gobernador Capitán General y Justicia Mayor de la Ciudad Real y de Villa Rica del Espíritu Santo", con facultades para gobernarlas, repartir encomiendas, nombrar lugartenientes y demás amplias atribuciones del caso. Se le concedió con una encomienda de 300 leguas de tierra y 352 "fuegos" (un padre de familia indígena con su mujer e hijos. Como Gobernador del Guayrá, Melgarejo se dedicó a la búsqueda y cateo de las minas de Cuarahyberá. En vez de oro y plata, logró extraer hierro lo que a su juicio fue de gran utilidad para los vecinos. Efectuó un nuevo ataque contra los tupíes, rescatando a un grupo de españoles. Se retiró de la vida pública y hacia 1590 con unos 71 años, Melgarejo se mudó a Santa Fé a la casa de su hija Isabel de Carvajal.

Melgarejo firmó su testamento el 5 de Octubre de 1595, en casa de su hija Isabel. Pidió ubicar sus restos en "la Iglesia del Bienaventurado San Françisco" de Santa Fe, en la sepultura en la que está enterrado Gonzalo Martel de Guzmán, esposo de su hija Isabel. Recomendó que sus armas, arcabuz, espada, daga y celada, se entregarán a su hijo Francisco de Guzmán. Declaró "haber poblado y poblado las dos çiudades Real y Villa Rica del Espíritu Santo, en las provincias del Guairá"; y dispuso que la encomienda de más de 300 leguas que allá poseía, así como solares, estancias y mercedes de su propiedad en dichos parajes, quedaran para el Capitán Manuel de Frías y la esposa de éste, su nieta Leonor de Ortega Martel de Guzmán. También le dejaba al matrimonio Frías-Martel "los bienes, herencias, heredades y possessiones y tributos", de la sucesión de sus padres "que tengo en los Reinos de España", en "la aldea de Salteras", donde han de hallarse esos bienes que Frías, en persona o mediante apoderado debía cobrar. A Hernando Melgarejo, otro de sus hijos, y a las hijas de éste Isabel y Beatriz, les legaba su estancia poblada de Tobatí. Murió en Santa Fé en 1602.

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