Jurisconsulto, gobernador de Manila. Nació el 28 de octubre de 1709, en Subijana, Álava. Viste el hábito de Santo Domingo pero lo abandona y se doctora en leyes en la universidad de Alcalá. Descuella en Madrid como jurista y es nombrado, en 1761 presidente de la Audiencia de Manila. En 1763, el general inglés Dropper con dos mil trescientos hombres toma Manila, siendo gobernador interino el arzobispo don Manuel Antonio Rojo. Al ocurrir esto, el magistrado se encontraba en Bucalán. El rey Carlos III lo nombra entonces Capitán General de las Islas Filipinas. Forma un pequeño ejército y reconquista Manila. En 1764, firmada la paz, los ingleses se retiran de Filipinas. Simón de Anda vuelve a la península y es nombrado consejero de Castilla. El texto del decreto reconoce sus méritos y dice así: «En atención a la acertada conducción con que D. Simón de Anda y Salazar ha desempeñado la Comandancia General de las islas Filipinas, y representación de la Audiencia que se unieron a él desde la rendición de Manila, debiendo a sus providencias la conservación en mi Real Dominio del restante de aquellas islas, he venido a concederle la Plaza de Consejero vacante, por muerte de D. Isidro GiI Jaz. Aranjuez, 3 de mayo de 1765». En el año 1770, gobernador de Filipinas, fortifica Manila contra los piratas y emprende la renovación de las leyes. La que atañía a los curatos que ejercían los frailes levantó muchas protestas ya que desterró a algunos de éllos. Acompañó al arzobispo en su visita diocesana para hacer cumplir su mandato. Falleció durante este viaje, en el convento de los padres recoletos. Sus restos se conservan en la catedral de Manila, detrás del altar mayor.
Sobre su vertiente de científico ilustrado recoge A. Goikoetxea Marcaida en su La botánica y los naturalistas en la Ilustración vasca (R.S.B.A.P., Colección Ilustración Vasca, t I, 1990):
"Posteriormente otro Gobernador de Filipinas, el alavés Simón de Anda Salazar, presentó al Rey en 1769, bellotas de "Bongas", utilizadas por los chinos en tintorería, con las cuales se hicieron experiencias en las Reales Fábricas de Tejidos de Guadalajara, Valencia y Talavera. Las pruebas realizadas en Madrid por el tintorero Cristóbal Sedeño fueron muy favorables, pues según el informe de este artesano, "era mejor que la agalla de Alepo y el dividibi, porque da mucho más cuerpo a la tintura y más consistencia al género que se tiñe". El ministro Miguel de Múzquiz se interesó por estos trabajos y pidió a Filipinas más ejemplares de este producto.
Simón de Anda había nacido en Subijana (Alava) en 1709 y se doctoró en leyes en la Universidad de Alcalá. Durante su estancia en Manila se interesó en recoger materiales relacionados con la historia natural de aquellas islas. Después del fallecimiento de D. Simón, un familiar suyo, Juan Francisco de Anda, envió en 1777 a Franco Dávila, director del Real Gabinete de Historia Natural, tres cajones con abundantes objetos pertenecientes, principalmente, a la fauna marina, caracoles, conchas y otras especies, relacionadas todas ellas con la malacología."
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