Vamos a ir desgranando y publicando historias y personajes que, por alguna razón, no son conocidas por el gran público. Hazañas, hechos y gentes que no han calado en la cultura general, pero que sin duda lo merecerían.
Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos
Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.
miércoles, 13 de abril de 2011
Antonio de Ulloa y de la Torre
Antonio de Ulloa y de la Torre (Sevilla, 12 de enero de 1716 - Isla de León, 3 de julio de 1795) fue un científico, militar y escritor español.
Hijo del economista mercantilista Isidoro de Ulloa Pérez. Con trece años se embarcó en el galeón San Luis, navío que zarpó de Cádiz rumbo a Cartagena de Indias, y con el cual regresó a Cádiz en septiembre de 1732. Ingresó en la Real Academia de Guardiamarinas de la marina española en 1733. En 1735 fue destinado, con el grado de teniente de fragata junto con su colega Jorge Juan y Santacilia, miembro de una Misión Geodésica Francesa, expedición científica dirigida por Pierre Bouguer, y patrocinada por la Academia de Ciencias de Francia para medir el arco de un meridiano en las proximidades de Quito (Ecuador), el viaje se inició el 26 de mayo de 1735, quedando en la ciudad de Cartagena de Indias con los académicos franceses quienes se retrasaron en la llegada varios meses.
En 1735 fue comisionado, con el grado de teniente de fragata, a la expedición francesa que midió un arco de meridiano en las proximidades de Quito. Junto a Jorge Juan, también miembro de la expedición, fue el descubridor del platino en el Chocó (Colombia) y participó en la revisión de las defensas de los puertos de El Callao y de la costa chilena.
Volvió a América como gobernador de Huancavelica (Virreinato del Perú) y superintendente de las minas de mercurio de la región (1758–1764), tratando de recuperar la productividad de la mina y enfrentándose con el gremio de mineros y los funcionarios del virreinato. Fue nombrado contraalmirante en 1760. A petición propia fue relevado de su cargo a finales de 1764 y se estableció en La Habana a la espera de un nuevo destino. Ulloa aprovechó su estancia en la isla de Cuba para elaborar un informe sobre el funcionamiento de las comunicaciones postales entre España y el Perú a raíz de la creación de la empresa estatal de los Correos Marítimos. En su Modo de facilitar los Correos de España con el Reyno del Perú escrito en 1765, no sólo se ponía de manifiesto la inviabilidad de la ruta existente, sino que también ofrecía una posible alternativa al respecto. Por aquel entonces, la correspondencia para América se enviaba desde La Coruña a La Habana, para su posterior reparto por todo el continente. Este trabajo nos describe a la perfección las dificultades por las que atravesaba la distribución del correo por la América meridional, problemas que se solventaron cuando en 1767 una nueva línea postal quedase inaugurada entre La Coruña y Buenos Aires.
La estancia de Ulloa en Cuba no duraría mucho tiempo y muy pronto tendría la oportunidad de desempeñar nuevamente responsabilidades de gobierno. Tras la Guerra de los Siete Años, y como compensación a las pérdidas sufridas por sus compromisos en el Pacto de Familia en la lucha contra Inglaterra, España recibió de Francia el territorio de la Luisiana. Antonio de Ulloa fue nombrado gobernador de la misma, tomando posesión del cargo el 5 de marzo de 1766, pero fue expulsado por los colonos franceses, que no aceptaron el dominio español y mucho menos la restricción del comercio a seis puertos peninsulares. Durante su mandato prohibió el comercio y la entrega de armas a los indios, pero no tuvo éxito en su reclamación de ayuda económica a la metrópoli.
Entre 1776 y 1778 participó en la organización de la flota del virreinato de la Nueva España (actual México) y la creación de un astillero en Veracruz. Estuvo al mando de la última gran flota de Cádiz al nuevo continente.
Alcanzó el grado de teniente general en 1779, pero su servicio activo no fue tan brillante como su carrera científica. Participó en el Gran Sitio a Gibraltar (1779) y en 1780, siendo comandante de la flota de Azores. Fracasó en la reconquista de la Florida, por lo que fue juzgado en una corte marcial que lo declaró inocente, pero le exoneró de sus responsabilidades de mando, tras lo cual fue designado director general de la Armada española, cargo que ocuparía hasta su muerte, en 1795.
Su hermano Fernando fue ingeniero jefe de las obras del Canal de Castilla. De su matrimonio con la limeña Francisca Ramírez de Laredo tuvo seis hijos, de los cuales Francisco Javier también se dedicó a las armas, tomando parte en la batalla de Trafalgar y llegando a ser ministro de Marina, director general de la Armada y capitán general.
Fue el fundador del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, el Observatorio Astronómico de Cádiz y el primer laboratorio de metalurgia del país; y miembro de la Real Academia sueca, la Academia de Berlín y correspondiente de la Real Academia de Ciencias de París. Fue también comendador de Ocaña en la Orden de Santiago.
Ulloa aprovechó su estancia en la Isla de Cuba en la elaboración de un informe sobre el funcionamiento de las comunicaciones postales entre España y el Perú a raíz de la creación de la empresa estatal de los Correos Marítimos. En su Modo de facilitar los Correos de España con el Reyno del Perú elaborado en 1765, no sólo se ponía de manifiesto la inviabilidad de la ruta existente, sino que también ofrecía una posible alternativa al respecto. Por aquel entonces, la correspondencia para América se enviaba desde La Coruña a La Habana, para su posterior reparto por todo el continente. Este trabajo nos describe a la perfección las dificultades por las que atravesaba la distribución del correo por la América meridional, problemas que se solventaron cuando en 1767 una nueva línea postal quedase inaugurada entre La Coruña y Buenos Aires.
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