Hay que recordar lo que fuimos para saber lo que somos

Por desgracia la Historia de nuestro país poco importa a los políticos de turno. Si permitimos esto, terminaremos sin saber qué fue España y dejaremos que el devenir de los sucesos actuales borre nuestra memoria.

lunes, 5 de julio de 2010

Carlos de Amézola


Carlos de Amézola, también Carlos de Amézquita, de Amézqueta o Carlos de Amésquita fue un marino español del siglo XVI.

En 1588 dio comienzo en Francia la Guerra de los tres Enriques, que enfrentó al rey Enrique III, al duque de Guisa y a Enrique III de Navarra por la Corona de Francia. Tras la muerte de los dos primeros, Enrique de Navarra, protestante, se convirtió en rey. Eso no podía ser tolerado por Felipe II de España, por lo que apoyó a la Liga Católica y envió un ejército (en el que se encontraba Amésquita) a Bretaña al mando de Juan del Águila.

Los ingleses, como protestantes y enemigos de España por la guerra que había comenzado en 1585, apoyaron a Enrique de Navarra y enviaron tropas a Francia.

En 1595 Juan del Águila decidió organizar una expedición de castigo contra Inglaterra. La expedición le fue encomendada a Amésquita, quien, al mando de tres compañías de arcabuceros, zarpó en cuatro galeras "Capitana", "Patrona", "Peregrina" y "Bazana", el 26 de julio. Tras recalar en Penmarch, desembarcaron en la Bahía de Mount (Cornualles) el 2 de agosto. Las milicias inglesas, que aglutinaban a varios miles de hombres y eran la piedra angular de la defensa inglesa en caso de invasión de tropas españolas, arrojaron las armas y huyeron presas del pánico. En dos días los españoles tomaron todo lo que necesitaban y quemaron las localidades de Mousehole, Paul, Newlyn y Penzance.También desmontaron la artillería de los fuertes ingleses y la embarcaron en las galeras.

Tras quemar la villa de Mousehole, Amésquita y sus soldados reembarcan en sus galeras y navegan dos millas más, después de lo cual desembarcan, toman y queman el fuerte de Penzance. Al final del día, celebraron una tradicional misa católica en suelo inglés, prometiendo construir una iglesia después de que Inglaterra fuera derrotada, embarcaron de nuevo, arrojaron a todos los prisioneros por la borda, hundieron un galeón de la Royal Navy que les había dado alcance y esquivaron una flota de guerra al mando de Francis Drake y John Hawkins que había sido enviada para expulsarlos.

Tras reembarcar de nuevo, fueron capaces de evitar la escuadra inglesa y holandesa que les persiguió, comandada por Francis Drake y John Hawkins... los mismos de la Gran Armada. Esta victoria, unida a una serie de derrotas inglesas, facilita la hegemonía española en Europa al firmar el tratado de Londres de 1604 durante varios años más.

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